©Beatriz Elena Morales Estrada. Reseñada y registrada.
LUNAS DORADA
Género ciencia ficción
Escena 1
Con la cercanía del sol, los pocos humanos que
habitaban la superficie terrestre, tuvieron que buscar guaridas, kilómetros
debajo de la tierra, evitando a su vez encontrarse de lleno con el fuego
sempiterno de su centro y así fueron construyendo ciudades y fueron
desarrollando una gran tecnología. Al principio tenían claro que ya esto lo
habían hecho en el pasado y por exceso de soberbia habían fracasado, pese al
auge tan encendido en el que vivían; tenían oro por montones, aparte que estas
gentes habían desarrollado unos poderes tan intensos que con solo mirarse, ya
se decían todo, ya sabían que cosas trataban.
Pero dos generaciones olvidaron todo el sufrimiento
anterior y cada vez, la codicia se apodera más de ellos; estaban en retroceso
hacia milenios atrás.
Sobre todo olvidaron comer bien y sentarse a la mesa a
compartir el pan de cada día que les daba gozo y les generaba simplezas. Solían
comer y beber solos. Entre más aumentaba su capacidad de tener, más solitarios
eran. Pasaba al revés de lo que sucedía en el viejo capitalismo, la gran
mayoría perdía su capacidad de comprar, por falta de dinero, como también sus
ganas de hacerlo, sus ganas de tener. Las ganancias extras de los súper
impuestos, se lo guardaban unos pocos; los pizcos más poderosos del sistema,
así podían hacer viajes a las diferentes galaxias, con el oro recaudado y que
le robaban al pueblo, a los ciudadanos.
En la antigua tierra, la gran mayoría de habitantes
que colmaba las calles y las avenidas, eran pobres y desplazados de los campos.
Pero esto, no se daba solo a nivel de una ciudad; sino que prontamente el
planeta entero se contaminó, con todas esas gentes deambulando por ahí Esto
sucedió en la antigua civilización, poco antes de las grandes explosiones
cósmicas. Y los astros colisionaran. Poco antes de que el planeta tierra,
entrara en la quinta dimensión.
Peter Steven, miró con avidez el plato de comida que
él mismo se había preparado, era un apetitoso guiso de hongos y de caracolas
marinas. Las miró y antes de colocarse
un bocado en la boca, se llevó los dedos a la frente y luego los deslizó por su
cabello enmarañado; sus papilas se quedaron a la espera del suculento banquete,
y es que después de que abandonaron la superficie de la tierra, algunas décadas
atrás, aprendieron a sobrevivir con todo lo que encontraban a su paso y luego
lograron también decorar y abastecer otros lugares y poco a poco todo, se fue
poblando y había tanto de donde extraer oro y piedras preciosas, en fin…
Sus genes habían cambiado, pero alguna memoria
guardada en el cerebro le instaba a buscar algo nuevo. Sabia de la antigua
tierra, por las cosas que sus padres le habían contado; aparte del libro; cobre
sagrado, que yacía guardado a la entrada del antiguo templo de los sabios; de
difícil acceso para los jóvenes o el común, solo los más ancianos y de una
clase privilegiada, podían leerlo.
Ni siquiera supo cómo sucedió esto, como fue que paso y
le llegó esta reflexión hasta el centro de su corazón y bajando por su plexo
solar ¿Y yo qué hago con todo esto? Se dijo, mirando a su alrededor; se colocó
de pie y pensó, tantas cosas que guardo en mi basurero ancestral y después de
todo, no tengo con quien compartirlas y habiendo tantas Lilas voladoras por
allí. Pero estaban tan ocupadas en guardar y coleccionar cosas y tonterías, que
no se ocupaban mucho de muchachos como él.
Sus padres le habían prohibido el ascenso a la
superficie; es peligroso, el sol ha descendido tanto que arriba parece una
caldera. Ya sabes, te podrías achicharrar hasta el pellejo por allá. Y bajar
más abajo, ni hablar, es peligroso está un fuego grande, el más intenso, que
existe en el centro de la tierra. Levantó las enmarañadas greñas de las
libélulas que le servían de cortinas y las corrió hacia un lado y allí alcanzó
a ver a una Lila lémur, que volaba con sus amigas en busca de supercherías ¿Y
si me fuera?
Mis padres no tendrían que saberlo; esto ya me aburre;
pensó, mientras las libélulas lémur descendían hacia un acantilado cercano al
sector 41; ¿El sector 41? Tienen prohibido volar por esos lugares; ya que si lo
hacen, los pobladores de ese lugar podrían entrar en amistad con nosotros y los
Eskolnors los matarían. Tengo entendido que son seres muy paupérrimos, pensé
que eso, solo se vivía en el viejo capitalismo. Nunca los he visto, los
Eskolnors aunque no me matarían; si nos tienen prohibido asomar nuestra cabeza
por allí; son gente sucia y maloliente, es lo que se nos ha dicho. Sin embargo
aquella liliputiense es tan diferente… ¡Um!
¡Ba! No vine al mundo, solo para tener chucherías y un
montón de cosas en cadena. Subir a la superficie y ver el sol, no lo conocía
pero intuía, que era una bola de fuego, candente y poderosa ¿Y en las noches?
¿Cómo sería eso que llaman estrellas y lunas? ¿Iría? En esos momentos un Eskolnors
grande y grueso, llegó hasta su guarida; antes de ese momento todo le había
parecido tan natural, verlos llegar a cualquier hora o momento no había
significado nada extraño; el Eskolnors adelantó su cuerpo y hecho un vistazo
hacia la confortable guarida y descubrió el plato servido; lo miró. Volteo a
ver a Peter ¡Anda! ¿Porque no te lo has comido? El joven Lemuriano lo miró como
si lo hiciera por primera vez y sintió un frío, que caló sus huesos; miró el
cinto que llevaba al haz de las espaldas, era un cinto de cuero hecho del
corcel de algún animal deificado, algún mamut prehistórico o algo así: y
adentro llevaba el soplador de fuego; que no era otra cosa que la concentración
de una masa candente y uniforme de un céntima de polvo nuclear vertido en
cantidades Masa, % por ciento concentrada en gas puro y altamente contaminante
+ hidrocarburo concentrado y ciertas cantidades de uranio 2 0 3 anillos porque
al lanzarlos alcanzarían a una persona o a varias según la distancia
pertinente; ¡Um! Pero eso se veía que era súper efectivo para matar a más de
una persona e incluso podría destruir una ciudad cercana y quien sabe que más
contendría esa carga que el Eskolnors llevaba a sus espaldas; ¿Qué miras? Dijo
en un tono de poca amabilidad el Eskolnors ¿No entiendo para que andas con eso?
Pero se sintió atemorizado ante la postura dominante
del guardián de las entradas de la grietas de la dulzura y del cuartel de
allanamiento de guaridas cercanas. El maldito podría descolgarse eso, de la
espalda y ya está. Pensó.
Eso tenía medidas y botones y bueno el tipo sabía cómo
usar eso. No te miro a ti, solo quería invitarte a degustar ¿Gustas? El
Eskolnors lo miró con irrelevancia, busco detrás de las cortinas de luciérnagas
para ver si veía más Eskolnors y asintió con la cabeza; se sentó detrás de la
esfera de vinagres, no sin antes retirar con sumo cuidado el cinto colgante de
mamut de sus espaldas. Su traje era como de un militar y calzaba botas altas y
el pantalón hecho de cuero delgado de rinoceronte. Comió con avidez ¿Y el tuyo?
O yo, ya comí, solo esperaba que llegaras; el Eskolnors lo miró como si no le
importara ya, lo que el muchacho decía o hacía. ¿Tienes vino? O sí, sí, tengo
del mejor hecho de caña de azúcar traída de un lugar cercano a la superficie y
mezclado con mucho zumo de aguardiente, tráelo. Peter obedeció complacido
mientras observaba el arma semi-nuclear puesta a un lado del Eskolnors; que
fácil cae el pez, por la boca, pensó mientras le entregaba la botella recién
sacada del enser de nenúfares que crecían abundantes hacia un lado de las
guirnaldas azuleas puestas en un costado del banco de corales.
Bebió con premura, mientras masticaba las caracolas y
esto sonaba en un deleite de dientes y papilas, De repente, el hombre eructo
¡Vaya! ¡Vaya! ¿Te gusto el manjar? Dijo Peter; si esto está muy bueno; quiero
que cada vez que vuelva por aquí, me
ofrezcas de este vino; en el acuartelamiento, solo nos dejan comer begonias y
repollos.
Claro, pero a cambio tú tendrás que darme alguna
recompensa ¿No estarás pensando en chantajearme? Y miró furioso al muchacho;
mientras que a su vez tocó la palanca de su arma reflector. Peter apretó los
dientes anda, dispara ¿Y qué les dirás? Que me mataste aquí, en mi propio
refugio ¿Qué pensarán? Cuando encuentren tus huellas en todo mi jardín sagrado.
Los Eskolnors son casi o más bestiales
que tú y lo sabes, a una falta
tuya, te colgaran la cabeza del volcán
azufrado y te dejarán patas arriba y vivo, para que te descuellen las
avestruces gallinazos y aparte, mi muerte provocaría una revuelta entre la
población de Lilas sin conciencia y de lobeznos aristocráticos y demás
sectores, que descubrirán entonces la gran verdad; que somos vuestros
prisioneros.
¡Ya basta! Dijo el Eskolnors cuya estatura de dos
metros y medio, se erguía amenazante
ante la de Peter que tenía tan solo un metro, menos dos o tres cuartas partes;
ya que no había aún desarrollado su estatura habitual por la falta de sol, ya
que esta área está cubierta por una ceniza gris en invierno y en verano, solo
un vapor suave irrumpía de las profundidades, adormeciendo los sentidos y
aperezando el cuerpo, que en ronquidos se fermentaban; sobre todo en los
mayores. ¿Qué y tú cómo has desarrollado tanta estatura? A ya se, a vosotros os
obligan a subir por tiempos largos a la superficie ¿Te criaste allá? Para ser
un niño, preguntas muchas cosas y sabes demasiadas, sabes que si te denuncio,
vendrán más Eskolnors y te romperán hasta el alma.
¡Um! Pero tú no te atreverás, lo sé; eso es, lo que
crees niño bellaco y además de bellaco eres muy listo. Lo sé y sabes no lo
harás; mis padre tienen influencia en y dentro de la zona roja y porque te
gusta alimentar tu cochino pellejo, esto además de que los demás Eskolnors no
te tratan bien; bueno, no tratan bien a la soldadesca como tú y eso te revuela.
Eres ambicioso ¿Te gusta el poder? Tú
eres el hijo del aristocrático señor Venancio ¿No es cierto? Te aconsejo que no
te metas en problemas, eres privilegiado aquí y aunque los comandantes
Eskolnors no temen ningún revuelo, por parte de ustedes los aristócratas de la
antigua tierra; si consideran que en determinado momento, podrían rebelarse y
reclamar el poder y aunque quizá, no favorecieran a los del sector 41 si
podrían organizar a los Lémures y a las lilas sin conciencia, en contra nuestra. Lo sabía, sabía que algo
así se camuflaba, bajo toda esta apariencia de suave bienestar; tendrás que
contarme acerca de la superficie. El eskolnors
apuró la botella de vino y
susurró bajito, otro día será; descorrió la ventana de nenúfares azules y descubrió
a la lo lejos a otros Eskolnors que se aproximaban al sector; Bueno allí vienen
más, me voy, te aconsejo que cierres la boca y no la abras. Hasta la vista
pequeño lémur joven.
Escena 2
Ese maloliente olor que deshilacha las narices; dijo la encantadora criatura , que se hallaba reclinada, junto al nenúfar de agua azufrada y vaporosa, que estuvo situado al pie del gran volcán Éufrates; así lo llamaban; ya que esto ocurrió después de que comenzaron los bombardeos entre los hombres de la tierra. Los pueblos se levantaron contra la opresión y sus gobernantes, que cada vez, eran más cruentos y respondieron con represión y furia; no obstante hubieron de huir, con la cabeza agachada y sin nada en sus alforjas. Fulminante fue para las zonas habitables, dado que la superficie de la tierra, quedó por completo chamuscada. Y abajo en donde estaban ellos conversando, algunos kilometrajes profundos era un lugar en apariencia cálido; pero hacia ebullición de un modo constante. Peter apareció entre los peñascos. La adorable criatura gritó ¡Alerta viene el enemigo! La Lila joven, de humildes flores cubierta la cabeza, y unas enaguas de lirios verdes, pegados a su cuerpo; por el que le sobresalían unas alitas, todavía muy pequeñas, con las cuales apenas, medio podía volar; no se sorprendió al ver al joven. Tardaste demasiado amigo dijo, y siguió contemplando las plumas azuleas que se reflejaban junto a las islas de lotos, que se movían entre las lagunas verde cobre; era una extraña tierra burbujeante y en donde sobreabundan yerbas verdes, cobrizas y extrañas. El respondió tuve que arreglármelas con unos Eskolnors; era preciso que no me vieran salir. Es mejor que te cuides, menos mal por acá no vienen ni los de abajo, ni los arriba, ni los de las otras zonas; temen que se desencadene una gran tragedia, este lugar es temido por todos. Sí. La adorable criatura lo olió por todas partes. ¡Ya déjalo! Simonías. La adorable criatura de ojos azules y de mirada tierna maulló y se acostó a ronronear. Era muy grande y fuerte, pero más tierno que un Lilomontez de esos que abundaban por allí. Él se acercó a la Lila menuda y dijo ¿Crees que podríamos intentar la travesía de subir, un poco hacia la montaña del sol? Ella miró con suavidad y dijo lo creo, aún es temprano y los dientes me castañeaban y nadie notara mi presencia hasta el atardecer. Si creo, que podríamos subir. La criatura adorable se levantó de un salto muy aperezado y dijo. Yo no me iré, prefiero quedarme aquí, con este maloliente olor azufrado del votan que ir a lo desconocido. Muy bien, entonces te quedas. Y por cierto no es votan es volcán ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! rieron juntos y la adorable criatura, que no podía estar un minuto sin su ama, salió detrás observándola de lejos, deteniéndose cuando ella se detenía; esperándola si era necesario, su cara era tan tierna ¿Ya lo dije? Bueno ni modo. Lilomontez los veían avanzar y se escondían temerosos, la adorable criatura permanecía alerta.
En el sector 41 se escucha una vocería atroz; un
hombre levanta potente la voz, por
encima de la gritería, queridos hermanos, así como en el pasado, el hombre fue
a la luna y muchísimo tiempos después ocurrió que las revueltas, en todo el orbe de la tierra; destruyeran su
superficie y todo lo que respiraba ; esta se contaminó en su atmósfera y ahora
que hemos visto esas naves, en forma de cigarro, vemos como se nos presentan
unidos los sucesos del pasado, con los a actuales hechos; no podemos permitir,
que la aristocrática familia de los Liliputienses pudientes, no nos dejen ; ni
siquiera beber de la fuente cristalina, para subsanar nuestras heridas, nuestro
humanidad necesita recomponerse, para que todos tengamos la posibilidad de
tener los mismos privilegios. Una vez que acabó la guerra y la destrucción de
la superficie de la tierra, llegaron aquí por las cuevas de los antepasados y
nos sorprendieron, invadiendo nuestro nuevo mundo y ahora sectorizaran el
terreno más abonado de repollos y granillas y semillas de toda especie; para
ellos solamente. ¡No es justo! ¡No es justo! ¡No es justo! A coro gritaron los
hombres marginados en el submundo a donde las armas poderosas y la fuerza bruta
de los serviles a los poderosos y los tales Eskolnors tan brutales, los habían arrinconado
robándoles su sustento y sus vidas. Y así, como en el pasado han marginado a
vuestros padres, hermanos, hijas, en fin; continúa diciendo el hombre de la
potente voz, y de apariencia mendigante, ya que las barbas largas lo hacían
verse así; pero llevaba un traje satinado de luces, que no contrastaba con el
ambiente y los otros hombres. Así mismo ahora, quieren hacer con nosotros,
hasta hundirnos en el lodazal. Otro hombre interrumpió, yo conozco otra entrada
secreta, la gruta prohibida, la del volcán Éufrates. ¡Um! Sí, ya hemos
escuchado, de esa historia, pero es demasiado peligroso; hablan de un fuego
candente que subirá a la superficie y arrasara con todo; tal como hace milenos
atrás. No podemos exponer la vida de todos. El barón de gran fuerza en la
garganta, gritó haremos una reunión en donde están situadas las cuevas
secretas; en donde las antiguas calderas de rejetloc; que tanto daño hicieron y
hacen al planeta entero, están situadas, dado que las secuelas, quedaron
también hacia adentro de la tierra. Ellos, aunque hablaron de la neutralización
del vertimiento de las ARI con CO2 Captado de las emisiones de la chimenea que
expulsaba más de 2. 000.000000ppp toneladas, al medio ambiente, no pudieron, en
realidad controlar nada y en verdad, solo les interesaban las ganancias
millonarias, que esa empresa les proporcionaba. Ahora es menester, que seamos
prudentes; aunque les tienen prohibido a las Lilas y Liliputienses
aristocráticos venir por acá , nada raro seria, que alguno de ellos,
desobedeciera esa orden venida de la cabeza mayor y tiránica que los gobierna
en secreto. El terrible Moesmit; venido de las lejanas estrellas, para ello,
los Eskolnors le sirven en secreto. Arrastrados por el griterío, los jóvenes se
acercaron y escondidos y agazapados entre peñascos, lo alcanzan a escuchar
todo. La Simonías dormilona, embellecida
por las luces mañaneras, se había
quedado medio ronroneando. ¡Chito! Simonías nos vas a delatar con tus
ronroneos. Varios hombres pasaron cerca de la parte rocosa y estuvieron a punto
de descubrirlos; pero el hombre de traje Satinado alzó su cabeza arriba y los
detecto; guardó silencio y pensó, por ahora, dejémoslos ir; ellos no nos
delataran, quizá sirvan a nuestros planes. No lo sé. Dejémoslos excursiones el
mundo de arriba y ya veremos. Simonías olfateo; y en la parte de atrás, estaban
varios Lilomonteces, que los seguían; este gruñó amenazante, ellos
retrocedieron un poco, pero sus miradas eran tan tiernas; la adorable criatura
los miró y se dio cuenta que en caso, de que decidieran atacar, ella no podría
con todos; eran demasiados aún para su tamaño; además odiaba pelear. La lila de
pausadas y delicadas huellas; le dijo ¡Vamos! Ellos no nos harán nada y pronto
subieron más allá de la parte árida. Esta historia continuará en la próxima
edición Ja, ja, ja riese la Liliputiense mayor, la que movía los hilos del
destino. ¡Jo! ¡Jo! ¡Jo! ¡Ja! ¡Ja! Dijo el viejo liliputiense, el contador de
las historias.
Una vez que subieron la falda cavernosa y serpenteada llena de baches y vericuetos, los Lilomonteces de ojos tiernos y las Simonías que durante el trayecto se habían ido arrimando; los miraban como si ellos fueran su única esperanza; todos fueron ascendiendo hacía una caverna sin aparente salida, un sonido como de agua los alertó al instante ¿Qué será eso se preguntaron?
Pero una vez estuvieron en la parte árida; después de caminar
por rocas arbustos y un montón de malezas,
rastrojos, descansaron unos
segundos y vieron una especie de cueva rocosa, la misma que habían visto
desde lejos; se adentraron en ella; dado que una oscuridad
los inundaba y ya dentro, se veía arriba
en lo más alto una hendija que dejaba introducir una especie de luz
amarillosa. La Lila; a la que llamaremos
en esta ocasión Luna nueva; sintió
una especie de alegría, algo desconocido
dentro de sí, una premonición que se guardó para ella. Y
sí; algo desconocido y nunca
visto aparecería para ellos. Se estremeció de nuevo la muchacha
Liliputiense; ensoñando en su interior
conocer tan bello y acogedor lugar; el exterior, llamado la superficie terrestre.
Esto era una gran aventura para ella; en
realidad, no tenía nada que perder, sus
padres había muerto entre el fuego sempiterno
y candente del centro de la tierra.
Ellos entraron a las cuevas
tomando precauciones y se fueron a incursionar por entre acantilados abajo, muy
debajo de la superficie, en donde
lenguas rojas y múltiples subían y
bajaban, pero en el momento en que ellos
entraron; todo se veía tan normal;
bueno al menos, esa fue la historia que le contó la tata abuela, antes de morir y solo
quedaron ella y Simonías, ese dulce
animalito que la acompañaba desde que era niñita. Lo encontró perdido y pequeñito
entre unos matorrales con otro hermanito; salvo, que el otro,
no logró sobrevivir, un virus mortal acabó con su vida.
Nunca habían ido al sector 41. Su
tata abuela, jamás se lo permitió; son unos revoltosos le decía, y podrías
correr peligro; pertenecía ella a las tribus nómadas que recorrían lugares
frondosos y praderas en busca de
alimento; frutas y frutos secos; eran Liliputienses acaudaladas, pero jamás se mezclaron con las
gentes de los demás sectores; quizá para
evitar tropiezos en su forma de vida. Peter Estives,
miró a la muchacha; aunque no decía
nada, si pensaba preocupado en su padres y le dijo ¿Creo que no llevamos mucho
caminando no se a cuántas leguas estamos de abajo y si podremos regresar
pronto? Ahora mira a todas esas criaturas que nos siguen,
se ven temerosas y como si
presintieran algo. ¿Tampoco sé, si abran
notado mi ausencia?
No te preocupes amigo, ya pronto volveremos a bajar; a menos que nos devolvamos por el mismo sendero por el cual subimos; dijo él; mira que pareciera ser, que está caverna no tiene salida, salvo esa hendija arriba y de la cual se desprende ese extraño sonido. La simonías estaba cansada; solo quería dormir, su ama al verla la cogió entre sus brazos, se sentó con ella, la acarició y casi al instante se quedó dormido, ronroneando, las otras Simonías y los Lilomonteces hicieron lo mismo, entre miradas tiernas y un poco tristes; el muchacho les dirigió una mirada, y en sus palabras iban como caricias; Peter pensaba; como habremos de alimentarlos a todos; para que no nos ataquen, ella, por el contrario sabía que en su momento estos encontrarían su alimento, en caso de ser necesario, al igual que las Simonías. Pero su Simonía a la que llamaremos en este punto Darahat; estaba acostumbrada a otra clase de alimento que la Lila le preparaba. Poco le quedaba en sus alforjas, siempre llevaba consigo algo. Pero ella no pensó que su aventura tardaría un poco más de lo imaginado. Uno de los Lilomonteces se acercó meneando su cola a Peter y lo mismo hicieron otros dos. Mientras los demás miraban desde su sitio y este los acarició de un modo muy personal; sintió que lo elegían y le gustó, nunca había tenido contacto con estas criaturas, sus padres, ni los Eskolnors se lo habrían permitido, pero le agradó muchísimo, y estos movieron su cola con alegría, hacia miles que no tenían un amo a quien cuidar y que los cuidara y dado que esté los tocó , esa fue la señal para que ellos se sintieran aceptados y les brillaron los ojos, que como espejos se refractaban y luego se retiraron a dormir. Descansaron largo rato y mirando la muchacha al despertar, hacia el techo , vio que la hendija, parecía ampliarse hacia los lados; porque una luz tenue inundó de plano la cueva. Es decir, era una penumbra muy clara. Y sin despertar al muchacho, sigilosa se levantó y tocando las rocas con sus dedos y su alitas que sintió mucho más gruesas y grandes; es extraño pensó, tocándoselas; pero varios ojos la miraban alertas, con un dedo les indico; silencio, se sintió como más pesada. Entonces se dio cuenta que ya estaba lista para volar; o al menos para hacer pequeños vuelos; así que se fue elevando con mucho cuidado; mientras las Simonías y en especial Darahat; la miraban asombradas; elevase por entre algunas rocas, con mucho cuidado ascendiendo en pequeños círculos, en la medida que ascendía, algo leve acariciaba su cara, de abajo hacia arriba daba una medida de dos metros de alto. Al llegar a la hendija, miró hacia afuera, la abertura, era estrecha pero no lo suficiente como para detenerla; no obstante ni Peter, ni los Lilomonteces, ni las Simonías cabrían por ahí; exceptuando algunas Simonías pequeñas. El ruido era cada vez más notorio ¿Que será eso que suena pensó? ¿Conocían el agua ellos? Es probable que sus padres sí; pero ellos no, solamente conocían ciertas sustancias que extraían de la caña de azúcar y también de algunos cactus recogidos de diferentes partes; unas hojas gruesas y verdes que contenían mucha humedad por dentro, para lo cual iban a zonas lejanas. Algunas muy áridas; los mayores sabían cómo prepararlas; venciendo su temor apretó las alas y se introdujo por el agujero, ayudándose con las manos y los pies, sintió que una fuerza la atraía hacia abajo y eso hizo que se aferrara aún más a las rocas que rodeaban la abertura; pero a medida que su cabeza salía al otro lado; la luz se hacía más fuerte; era evidente que aún no era la superficie terrestre como tal, la que ellos creían que era. Y si, era un arroyo, pero que quedaba hacia un lado, más allá de la abertura, no veía nada más, salvo la luz amarillosa e intensa; entonces descubrió un camino, lo más de hermoso, de un verde intenso y se dirigió hacia allá; para estas alturas Darahat; maullaba, llamando a su ama y los perros aullaban; entonces Peter se despertó y se dio cuenta de lo que pasaba, llamó a la Lilo. Pero esta no le respondía, se apresuró a buscar entre las rocas y se dio cuenta que eran lisas, no podría subir por ahí; entonces recordó que ella tenía alitas. Los tres Lilomontes se acercaron a este con delicadeza; el uno era amarillo, casi de color pardo, delineando sombras y el otro era negro, casi azabache mientras que el otro era blanco. La Lila. La luna nueva, escuchó el maullido de su Simonías y se detuvo un poco, pero recordó que buscaba una entrada y vadeó el camino, hasta darse cuenta que la llevaba de regreso a la caverna, pero por otra entrada; miró hacia arriba y no vio nada; solo la intensa luz amarillenta y extraña, volvió a la abertura y descendió, contando a Peter lo visto y tomando a la simonías para que no se asustara. Todos se tranquilizaron y se dijeron así mismos esperemos que salga la luz, pera ver bien, pues no se ve nada, arriba está igual; dijo la muchacha, mientras se reacomodaban para descansar los Lilomonteces aullaron y entonces salieron a mirar, dado que escucharon un ruido, aunque era diferente al otro sonido y vieron algo que les llamó la atención ¿Mira eso es qué? Peter se quedó asombrado y al recordar el libro; el cobre sagrado, recordó la palabra nave y las imágenes vistas; eso es una nave dijo a la muchacha; casi parpadeando, pero colocó de nuevo la mirada sobre ese extraño objeto en forma de cigarro y este pasó tan cerca de ellos y pareciera ser, que premeditadamente se detuvo unos segundos, para que ellos pudieran mirar bien. Vieron que llevaba dentro de su interior, un enorme animal, con la cabeza alargada y gruesa; es un tiranosaurio observó este. ¿Tiranosaurio y eso que es? Lo que llevan hay, y parece que es un bebe; pronunciaron ambos al mismo tiempo ¿Cómo lo supiste? ¡Yyyyy! ¿Sentiste, escuchaste lo mismo que yo? Pareciera ser, que eso nos habló en la mente, a los dos nos lo hizo saber, se dio una comunicación. Si. Pero fue la extraña mujer, que iba en la parte de arriba, maniobrando. Así es ¿Quiénes serán? Extraterrestres dijo él, mejor dicho viajeros espaciales. Pensé que todo eso no era más que un mito, algo inventado por nuestros antepasados ¿Y a dónde lo viste? En un libro llamado Cobre sagrado, lo tiene la clase aristocrática. ¡Haaa! Ellos dijeron que es un bebe y que por travieso se les escapó y que vinieron a buscarlo; eso significa que los dinosaurios o tiranosaurios son de origen extraterrestre. Si. Mira se nos ha perdido de vista ¿Qué se haría? ¿Oye y aquí porque estará tan oscuro? ¿No sería mejor que nos devolviéramos de nuevo por aquí mismo? ¿Ahora y con esta oscuridad podríamos? Incluso matarnos. Dijo la Lilo; además salvo esa luz amarillosa que se ve adentro, aquí afuera no se ve nada. ¿Ustedes que opinan? Dijo Peter dirigiéndose a la muchachada de Lilomonteces y Simonías que retrocedieron; los unos chasqueando los dientes y encogiendo la cola, los otros, los Simonías arrinconándose hacia adentro como si la caverna fuera un vientre acogedor Darahat dijo, tengo hambre, si no fuera por este mal oliente ser, yo estaría abajo en mi camita, al oírla las otras Simonías emitieron como sonidos, maullado. Pero ellas no tenían cama, ni nada de eso. Es extraño dijo Él y la niña replicó, lo he notado desde que subimos, están temerosos y hasta acobardados. Ellos que han sido tan retirados y solitarios; si, pero es porque no les hemos dado cabida en nuestra vida; los hemos alejado; eso es lo que dice el libro sagrado. También es por el Votan, dijo Simonías enfrentando con sus ojos azules el rostro de Peter. La Lilo dijo Volcán no Votan ¿Qué quieres decir con eso? En eso otra simonía se acercó con la cola parada, era pequeña y parecía una antigua Leopardo, pero en miniatura; de inmediato Darahat; emitió un ¡Waaas! Y se arqueó en forma de ataque, pero se abstuvo, dado que la pequeña se tiró al suelo junto a su trompa, juguetona y coqueta, al verla sometida a su autoridad, masculló; mantente alejada, ella es mi ama y solo mía. La pequeña la siguió, mientras que lanzaba una mirada tiernísima a la Lila o la Luna nueva
que se sintió conmovida. ¡Vamos adentro todos! Esperemos que salga la luz
y ya veremos. Ven Darahat voy a darte de comer, de ese modo se desató las alforjas que llevaba amarradas a la cintura y preparó comida para todos, incluyendo los Lilomonteces que se alegraron de ello, pero la pequeña mantuvo sé cerca de la Lila y de la enorme Darahat; pese a la cara malacarosa de esta. De igual forma los tres Lilomonteces durmieron cerca del muchacho. Al despertar tenían la sensación de haber dormido largo, larguísimo tiempo; la luz amarillosa se había convertido en un luz brillante que lo abarcaba todo dentro de la cueva; no obstante, al asomarse al camino por el cual habían ascendido la oscuridad se había hecho penumbra; el Lemuriano estaba conturbado, insisto en que regresemos por este mismo camino; estos cambios de luces, no me gustan son extraños ¿Cómo no nos dimos cuenta mientras ascendíamos? Ni yo; estoy de acuerdo, dijo ella, además, la comida se nos ha agotado y solo me queda un resto para un día y una noche de la comida de Darahat; que ya es la de todos. ¿Entonces qué hacemos? ¡Uff! Mira me salen gotas de la cara dijo el muchacho y yo; siento algo recorrerme debajo de las alas, déjame ver, si es agua y además hace calor; los faunos asesan o maúllan y los Lilomonteces jadean. ¿Cómo sabes qué es eso que dijiste? Tuve la fortuna al ser hijo de la aristocracia de leer muchas cosas; y de tener acceso al Cobre sagrado. ¿Y cómo aprendiste? Tuve muchos aristócratas que me enseñaron, entre ellos mis padres; en tanto iba creciendo; según tengo entendido, el horario aquí debe ser diferente el de abajo ¿Que propones que hagamos? Preguntó el joven Lemuriano; ayer cuando subí, vi ese líquido del que hablas, acostado entre la tierra; podría calmar la sed de todos; creo que hay una salida dentro de la cueva; ¡Todos vamos a buscarla entre la pared rocosa! ¡Alto! Debemos tratar de no separarnos, al menor signo de peligro gritamos. Vamos por grupos, ustedes vayan con Él y conmigo vienen Darahat la pequeña y ustedes. Al fin la pequeña traviesa emitió unos agudos sonidos, llamando y la Lila fue presurosa a socorrerla, pero La Simonías pequeña se sentó a mirarla y luego le indicó, que la siguiera , parando su cola y menando el rabo, mientras miraba hacia atrás; para que la siguieran; iba pinchada, orgullosa de ser la primera, en encontrar algo y con eso, se ganaría el amor de la Lila; en efecto ; entre la paredes había una entrada enorme y una cortina de agua se abría del otro lado y una naturaleza exuberante y de árboles enanos, se destacó ante sus ojos ¡Peter! ¡Peter! Exclamó la Lila ¡Extraño ser! Vengan gritó Darahat; cuando él llego se quedó alelado y dijo y no solo es eso, dentro de la caverna que es enorme, y que se extiende a lo ancho y a lo largo; hay una nave, la más de extraña ¿Parecida a la que vimos ayer? No es diferente ¡YYYYYWoauuuu! ¿Y eso qué es? ¡Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! Emitieron estos sonidos admirados los Lilomonteces, llamados así; porque permanecían ausentes de las ciudades subterráneas, entre las rocas y cerca de piedras laderas; además nadie les permitía que se arrimaran a buscar refugio cerca; por eso vieron en la Lila y en el Lemuriano, la posibilidad de ayuda, para encontrar algo bueno, algo nuevo. Sabían que algo malo iba a pasar en el mundo subterráneo. Eran sobrevivientes de la antigua tierra, con un instinto muy desarrollado; pero habían dejado de ser carnívoros, hacía mucho tiempo que se alimentaban de frutas y frutos secos; de ahí que no fueran hostiles con sus ahora amos ni con las otras criaturas, de igual forma los Simonías se alimentaban de yerbas, muchas yerbas, semillas y granos. Se adentraron un poco más y dos cortinas de agua descendían hacia un acantilado; del lado que estaban antes, solo se veía una y estaban rodeadas de una planicie selvática, de un color verde intenso, que era bellísimo. Peter estaba encantado; los tres Lilomontes lo rodeaban y los otros, se mantenían un poco atrás; miró hacia arriba , pero no había cielo, sino unas piedras lisas, como pegadas hacia la parte externa ; Iban avanzando un poco más, cuando se tropezaron con un hombre de barba, un extraño encantador, podría decirse así y les dijo ¡Deténganse niños! Estos miraron asustados esas vestimentas que les resultaban extrañas y hasta extravagantes; se asombraron de un todo y por un todo, abriendo y cerrando la pequeña boca o agujero, cuyos labios sedientos, como gusanos imberbes se abrieron; hasta tal grado de causar hilaridad en el hombre, que se contiene por conmiseración; y les dijo; no teman amigos, estas ropas son vestiduras normales y son de la antigua tierra ; yo soy un viajero espacial; conocedor de los mundos y se cómo vestían algunas personas antaño. En tanto ellos cerraban sus agujeros y abrían sus párpados, cerrándolos al tiempo, sin entender nada, de nada; lo que sí tenían por seguro es que era el mismo hombre, que vestía un traje de luces y que frenética la multitud aplaudía, pero ahora se veía tan distinto. ¡Vengan muchachos! Les dijo, síganme y estos fueron detrás, dado que algo les decía, en su interior caparazón, que no temieran; a sus espaldas los Lilomonteces o perros de ojos tristes y tiernos los seguían, como alertas por lo que pudiera pasar; acostumbrados a dormir en las laderas, conservaban su gentil amor por los humanos, pero también su instinto de reacción ante el peligro , viniese de donde viniese y reaccionaban con prontitud; al ver al hombre los Lilomonteces mostraron sus colmillos y los Simonías, se arquearon quedando todos a la expectativa, pero al ver que los chicos los miraban haciendo un gesto de confianza con sus manos los siguieron también; mientras caminaban y la Lilo dando vuelos bajos. Hacia allí, vengan todos, dijo el hombre, después de caminar una media hora, por entre un verdor exquisito, parecía una cueva, pero no lo era; era una entrada de forma circular que quedaba en la parte de atrás de la cascada; muy oculta, cuyo interior resaltaba por unas luces brillantes, que se tornaban acogedoras, en la medida que ellos se introducían, incluyendo Simonías y Lilomonteces que miraban todo aterrados y sorprendidos; Peter actuaba de un modo precavido, ante tanta maravilla, alerta para ver si lo leído, también abarcaba este asunto; el muchacho vestía ropas de color, delgadas y como un enterizo que caía hacia atrás en forma de una especie de túnica, pero pegada a su cuerpo, ni muy ancha, ni muy sujeta, más bien era una tela que se adaptaba al movimiento del cuerpo; sus moléculas eran súper sensibles, tanto es así, que podría decirse, que el cerebro las movía, de un modo natural, casi como una segunda piel, y unas sandalias muy cómodas, hechas de fibra de madera de pino, combinada con cuero de tiranosaurios muertos; no vestía, ni llevaba nada más. El piso parecía ser metálico, pero de un metal amable, nada ruidoso, tampoco era frio, ni mostraba ser áspero, al contrario, estaba como hecho de una lámina muy delgada, que hacia simetría con el peso corporal y según la materia establecida; porque se amoldaba, dando abrigo o despejando el aire, según la temperatura de los mismos. Parecía estar hecho de una materia muy adaptable y hasta querible. Tableros luminosos se hallaban en el fondo y una cantidad de botones y como palancas; eran cosas nuevas y extrañas; algunos tenían la forma de esos aparatos, que en la antigua tierra se llamaban celulares; siéntense en donde les plazca, si así lo desean; en el piso hay asientos, aunque no se vean; esta vez con desconfianza, Peter accedió y de hecho, todos se echaron, al hacerlo sintieron algo blando, abollado, muy cómodo y pudieron sujetarse como a unas barandas, de un material distinto al de piso, suave y fino, estaban cansados, más que todo con sed y hambre; entonces el hombre les dijo; no temáis, soy amigo; de inmediato apretó un botón y apareció una mesa como hecha de vidrio delgado, pero muy pulido y con manjares suculentos encima y según el deseo de cada uno, bebieron , comieron saciando su hambre y su sed , pasta, frutos secos, variedad de verduras frescas, pepinos, yerbas y granos. Naranja y mango para algunos Lilomonteces; leche y miel para los muchachos y para algunas Simonías. Darahat, era grande, pero no demasiado y comparada con la otra Simonías pequeña, daba como una talla media. Estaba siempre al lado de su ama, aunque le gustaba ausentarse, ocultarse para dormir. Ellos se habían quedado dormidos, después de semejante desayuno; el calor había cesado un poco, la Lilo, despertó y al hacerlo muchos ojos la miraban, rodeándola con ternura, con cariño, afecto como dando inicio a una amistad incondicional; la pequeña estaba cerca, siendo observada por Darahat, que estaba gruñona, muy celosa, aunque optó por aceptarla, solo hasta cierto punto. ¡Ven! Le dijo la niña de alas y esta se arqueó maullando orgullosa ¿Cómo te llamas? Esta melosa contesto, con un agudo sonido de haaaiiii. Te llamaré Airam; esta acepto, besando la nariz y las mejillas de la Lilomontez. Los ojos azules de Darahat, miraban intensos y tristes, pero ella se levantó y acudió a besarla y acariciarla. Eso la tranquilizo. El hombre reapareció, ahora imberbe y de un rostro humano, de boca pequeña; siendo la cabeza un poco más grande en la parte de arriba; sus ojos signaban una mirada tranquila; eran estos los que mostraban la realidad de sus zonas emocionales; al igual que la raza humana; en apariencia parecían naturales.
En esos momentos Peter abrió los ojos y se incorporó al instante, reaccionado instintivamente, ante la extrañeza de lo desconocido; no todo lo que veía estaba escrito en el libro sagrado; algunos Lilomonteces que aún no habían despertado, lo hicieron también y sus tres más allegados estiraron su tronco, como desperezándose; de inmediato apareció una especie de puerta, como hecha de acero, pero tan blanda, que no manifestaba dureza alguna, todos entendieron de qué se trataba y los más urgidos acudieron de inmediato, incluido Peter; los demás miraban asombrados; al entrar este, vio que se trataba de un material, que lo absorbía todo, transformándolo y pulverizándolo, para luego expulsarlo hacia afuera , mediante una muy fina y delgada manguerita; ya sin olor alguno y convertido en carbón vegetal, sin causar daño al medio que los rodeaba. El papel era de una textura muy suave muy raro al tacto y de un color blancuzco. No había necesidad de usar agua, ni nada; varias mangueritas, surgían de diferentes partes; que dependiendo del uso que se les diera, se podían utilizar. Este salió diciendo ¡Que extraño es todo en esta cueva! ¿O es una nave cierto? Tú lo has dicho muchacho; quiero regresar al mundo subterráneo; ahora es imposible ¿Qué? Acaso pretende impedírnoslo; usted era el que estaba arengando a la población más paupérrima del sector 41; ha cambiado su aspecto, desde que lo vimos. Ahora tiene un traje casi oscuro, de rayas azules; bueno, siéntate para que podamos hablar; no quiero, deseo bajar de inmediato. Aunque quisieras hacerlo ya, en este instante no podrías ¿Y sabes porque? No y no me interesa; al decir esto, se arrojó hacia lo que él creía que era la entrada; los demás estaban a la expectativa; de inmediato el hombre levantó una de sus manos en dirección al muchacho y algo, como una energía azul, salió de allí y pegó en la cara de este, que sintió como una brisa suave acariciarlo; trayendo calma a su ser. Entonces musitó está bien, lo escucharé. Siéntense todos. Los Lilomontes, que habían estado aullando y en algarabía, cesaron su bulla; no conviene que hagan mucho ruido esta nave esta oculta a los ojos de los Eskolnors; si ellos
saben de su existencia, la destruirán al instante, junto con
nosotros adentro; son servidores del
terrible Moesmit;
Peter abrió la boca; pero el hombre levantó
la mano en señal de
silencio; este hombre es en realidad un tirano venido de lejanas galaxias; que solo llegó a
saquear lo poco que quedó dentro de ese mundo subterráneo ; ya lo han saqueado casi todo, la clase
aristocrática, al igual que tus padres supongo;
piensan que esos tesoros, esmeraldas, piedras preciosas,
están guardados en algún lugar; en esta tierra que ahora solo es esto;
sucedió un acontecimiento terrible, se dio
una explosión impresionante que afecto
la galaxia y después de la grande explosión; algunos extraterrestres, que ya habían venido antes, incursionaron, con el fin de ampliar sus mundos y gobernar en todo el universo, estableciendo sus
reglas opresoras ; pero Moesmit;
el más cruel entre todos los crueles ,
venido de un planeta maligno,
acabó con todos ellos y los que
quedaron se retiraron, replegándose a
sus mundos. Este juró conquistar, territorial
izar, dominar, lo más que pudiera entre las galaxias; menos mal, que el universo es inabarcable y difieren
estas en billones años luz,
unas de otras; dependiendo del lugar en que se hallen situadas; no obstante ahora Moesmit;
ha estado a punto de descubrir el gran
secreto del universo; tiene
científicos a cargo, trabajando en esto, aún no lo ha hecho; sino
quizá, hasta lo hubiera logrado ;
además pronto va a esclavizar a los
hombres de abajo, para llevarlos
a su planeta, en donde trabajaran, en condiciones inhumanas
hasta morir; construyendo un imperio
faraónico, cuya cabeza ya se
podrán imagina r quien es; yo estoy aquí
solo, en esta tierra y no soy el
hombre de abajo; ese es mi hermano
planetario; quiere salvar a los
pocos humanos que hay, pero escogió el camino equivocado, dado que nadie podrá derrotar a
ese Moesmit. Ellos tienen armas muy poderosas que podrían
dañar todo alrededor; son catastróficos y no sienten piedad alguna; sus naves
son enormes y demasiado potentes, están
por todas partes; tienen una base
militar arriba, he estado esperando la oportunidad de salir de acá; dado que
pronto esto se convertirá en un infierno, antes de que el volcán
de fuego, que ha estado en ebullición constante explote. ¿Gran secreto? Dijo la
Liliputiense. Si. Repuso el hombre; pero de eso hablaremos luego.
¿Bueno y qué paso con la tierra?
Mis hermanos y yo hicimos lo posible por salvar esta humanidad, trajimos
mensajes de paz, de amor, de solidaridad; en fin, y hasta transportamos en
nuestras naves a muchos humanos a nuestro mundo; cuando esta,
se estaba comenzando a desintegrar,
pero lo que realmente paso, fue
que un planeta maligno de gran tamaño; se atravesó en el rumbo de la tierra, causando una destrucción inmensa;
golpeándola; la tierra al ser
golpeada por este, salió, fuera de su órbita, sumergiéndose en una oscuridad total; todo se descolgó del
cielo y el fuego ardió y con este, casi
todo lo que existía. Incluso vuestro
satélite lunar voló, arrojado a un espacio sin fin. Peter indagó
¿Pero no fue que se la tragó un
agujero negro? Eso lo leí en el libro sagrado; no hijo no; y tampoco fue un
asteroide; que abundan, ahí afuera,
algunos enormes, de una masa y peso
impresionante.
Te
lo repito
En el principio y en el comienzo de los
tiempos y que eran a su vez, el fin de los mismos. Los mundos
coalicionaron y se formaron otros mundos.
Se desprendieron gemas del cielo; las
estrellas cayeron; se destruyeron por
completo, algunos planetas como la
tierra, se convirtieron en estrellas
errantes y otras en súper nova; pero una
tierra nueva, había surgido justo, en el momento en que la agonizante, hacia su recorrido por las
esferas oscuras; y de la séptima esencia del conocimiento, surgió un nuevo mundo;
nuestro planeta está ahora allá
y así fue, como en el principio, fue, el fin de los
tiempos; tal como los conocía la raza
humana; que estaba infectada de
cúmulos negros y grises en sus
mentes y en sus almas. Los mundos
todos, en la primera y segunda esfera del conocimiento coalicionaron, dado que estaban unidos por
lo que se conocía como moléculas
infinitesimales de la materia , y de carácter
continuo y si un mundo, se movía,
el otro también lo hacía, dado
que eran inseparables, solo la energía del
omnipotente podía
detenerlos, tejerlos o destejerlos; dado que su supremacía
conocía la esfera perfecta de las cosas;
la forma geométrica simple y demasiado
compleja en su diversidad, ya que esta, había surgido de la yema de sus dedos y por eso,
su armadura era impenetrable.
Además su poder es sobre todo espíritu y
materia, de la calidad, clase y proporción que esta sea. Él la creo.
Solo él y su bien amado hijo,
tenían la llave de la vida y con ellos,
las muchedumbres que estaban escritas en el gran libro de los cielos; es
decir, aquellos que creyeron en la grandeza del omnipotente, siendo fieles a
él. Él se llevó a los suyos, fundando
así, un nuevo y único
tiempo. Si. Y solo después de esa tremenda coalición,
después de varias decenas, de decenas de
tiempo; algunos de los hombres,
volvieron a surgir de entre las cuevas, en donde se hallaban escondidos. Y entonces ellos, tomaron la espada; espada contra espada, cual
si volvieran a vivir una vez más, el
Armagedón; queriendo territorial
izar, lo que había quedado después de la
coalición. Antes de que el viejo planeta se deslizara por una
oscuridad y fuera atacado por ese planeta maligno, y grande que
lo lanzó a un transitar fuera de su órbita y galaxia, por una
vía láctea diferente; yo que
estuve en la tierra, en esos momentos,
me di cuenta de todo. No todos
los humanos eran malos, pero la mayoría
eran crueles, ambiciosos e injustos y a pesar de que se veían señales
diferentes, de que algo no andaba bien, no les importaba nada; seguían
asesinado injustamente, violando niños,
mujeres, horrores sin fin; y con
una economía cada vez peor, generando
hambrunas; la ciencia en sus
descubrimientos tecnológicos, y
de toda índole, no media las consecuencia de
sus actos irresponsables ; se escuchaban unos enormes ruidos arriba en la atmósfera, provenientes de
fuertes vientos, que los científicos,
calificaban como algo normal. Lo
llamaban el efecto moto, que era algo así como el encuentro de los vientos allá
arriba. Sin embargo en mis
doscientos años de existencia, jamás los había escuchado; no al menos, en la atmósfera de la tierra; eso parecía que arriba, en el cielo hubiera, una
granizada o tal vez, como que,
algo se estuviera descarrilando o
como si una nave enorme pasara por ahí;
posiblemente eran los
Eskolnors transitando la atmósfera de
la tierra ¿Qué podría ser eso? Sin embargo, también se
podría suponer, que algunos científicos,
no de la tierra; sino de otras galaxias muy lejanas, estuvieran haciendo experimentos; que cambiarían para siempre el
sentido de la vida. Pero ese, apenas era el comienzo del fin, que se
fue dando paulatinamente durante
algunos ocho mil años después e incluso podría haber sido muchísimo menos. Aparte de eso,
la tierra en su transitar, muchos así lo creían; en ese entonces ,
que iba a ser tragada por un agujero negro; cuyo recorrido abría
las perspectivas a una nueva tierra,
un nuevo sol; porque en ese entonces,
ya estaba predicho o
profetizado que las estrellas se
caerían como higos; tal como el
anunciador, lo había anunciado en la
palabra divina. Y lo que paso, en el tiempo que tenía que
suceder y que solo Él lo sabía, fue lo que les dije; y la tierra es ahora mismo, un planeta
errante, y que está siendo
devorado por una galaxia muy extraña
y esférica con un aura muy poderosa. En ese comienzo del fin; arengados por la oscuridad de algún
tirano, todos peleaban por lo mismo, para lo mismo, matándose los
unos con los otros; lucharon aguerridamente, brutalmente; conocían
solo la ley del más fuerte. ¿Y para qué? Para nada, ya que nada consiguieron con eso,
más que solo muerte, dolor y destrucción y así
fue, en la primera fase de la información somera de los mundos y después de que Él,
había creado. Re-creado el
principio de las cosas; ya en otra
dimensión celeste; ya no la del
mero conocimiento; sino de la
sabiduría, que no es apariencia, sino que es sempiterna – eterna, eternal. En donde solo
el reino de la luz permanece. En donde
hay un sol cálido, amoroso y constructivo
e indestructible por los siglos de los siglos. Ese es Dios. En esos momentos la Lilomontez se refirió al suceso visto, a la entrada de la
cueva; todos la miraron y
ella, relató lo siguiente al hombre; cuando
subíamos, vimos lo que
parecía, era una especie de nave, en forma alargada y se alcanzaba a ver adentro, como de un
cristal, demasiado fino, una
especie de animal ¿Qué será eso? Gritamos
asombrados; era un animal de una cola larga; de una cabeza alargada y
gruesa; parecía ser un bebe prehistórico. Entonces mi amigo Peter recordó,
cuando era más chico, su padre lo llevó al palacio de la supremacía y mientras ellos estaba entretenidos en un
consejo de mayores, aburrido de
no encontrar con quien jugar; tomó el
libro sagrado y allí en una lámina, estaba
estampado ese animal; era quizá
un tiranosaurio o un
dinosaurio; si un dinosaurio,
repuso el hombre. Ellos al igual que estos últimos, creemos
fueron puestos aquí, en estos
parajes terrícolas. Ella continúo;
la máquina parecía haberlo
absorbido de algún lugar y luego se alejó en forma de espiral. Si,
como les digo extraterrestres, han
estado viniendo a la tierra, casi desde
el principio evolutivo de este mundo, de
la humanidad. Antes de que el viejo
planeta se deslizara por un vacío
sin fin y fuera atacado por ese
planeta maligno, y grande que lo lanzó
a un transitar en el espacio, sin fin, por una vía láctea diferente; yo estuve en la
tierra. No todos los humanos eran malos, pero la mayoría eran crueles, ambiciosos e injustos y a pesar de que se veían señales
diferentes, de que algo no andaba bien, no les importaba nada; seguían
asesinado injustamente, violando niños
mujeres, en fin, horrores sin
fin; y se escuchaban unos enormes ruidos arriba en la atmósfera, que los científicos, calificaban como algo normal. Lo llamaban el efecto moto,
que era algo así como el encuentro de los vientos allá arriba. Sin embargo
parecía como si una nave enorme pasara
por ahí; transitando la atmósfera de
la tierra ¿Qué podría ser eso? Sin embargo, es
posible también que algunos científicos,
no de la tierra; sino de otras galaxias muy lejanas estuvieran haciendo experimentos; que cambiarían para siempre el
sentido de la vida. O incluso podría
haber sido el Omnipotente, pasando su mano sobre la tierra. Aparte de
esa situación extraña, existían
además lugares, donde la robotica había avanzado más de la cuenta y la tierra no se había quedado atrás en eso.
Al principio la robótica servía para ayudar a los humanos, por decir algo,
los robots, algunos eran muy útiles y
servían a las necesidades del humano, no obstante otros más de avanzada,
tenían tantísima
información, que se fueron convirtiendo
en una amenaza ; en una marca bestial.
Fueron tiempos muy difíciles para la humanidad
y su planeta, incluso hasta para el universo entero. Algunos pensaban que
la tierra en su transitar, había
sido tragada por un agujero negro, cuyo recorrido abría
las perspectivas a una nueva tierra,
un nuevo sol; porque en ese entonces,
las estrellas se cayeron como
higos; tal como el anunciador , lo había anunciado en la palabra divina. Muy
bien; dijo Peter Estives,
ahora que he crecido enormemente con tanta información y conociendo que abajo todo va a explotar ¿Podríamos bajar ahora? Estamos fregados ¿Acaso
no escuchaste lo que dijo?
Que este es un planeta errante,
que está siendo devorado, por una
estrella extraña. Total no me interesa
arriesgarme a bajar allá; yo si iré por mis padres y salvaré a los que más pueda; en ese caso te acompaño;
estamos juntos en esto amigo. Muy bien
amigos, yo no los puedo acompañar, soy un anciano y pronto moriré; estos lo miran asombrados ¿Qué? No lo
parecía, pero no tenían tiempo que perder. Hijos, no pueden bajar por donde subieron, ya
que sin ustedes darse cuenta,
ascendieron muchos kilómetros arriba y están a una diferencia
de casi un mes ¿Qué? Volvieron a gritar y de otro lado, los Eskolnors que se están preparando para
abandonar el planeta, los podrían
descubrir y destruir ¿Entonces cómo haremos? Yo tengo la manera ¿Cuál acaso en esta nave? No. Pero si desde esta nave; hijos es demasiado
tarde para mí, ya no pude regresar a mi amado
planeta ; porque al cambiar el
orden de todo, ya que una
partícula, puede trastocarlo lo demás;
también todas las galaxias se movieron y
se cerró la puerta, que me
llevaba hasta allá, y como se situó
dentro de otra galaxia, habría que
hacer otro mapa; y tardaría quizá
más de la cuenta , es difícil mantener
una mano firme
sobre un universo que está en constante cambio y
transformación; eso por un lado y lo otro, es
el movimiento de la luz; bien no
hay tiempo que perder; vengan conmigo; voy a traspasarles mi
conocimiento, ya que es posible que se pierda, ¿Están de acuerdo? El
muchacho, dudo; pero
Luna nueva apresuró, sí. Yo veo en usted, un ser
bueno; haremos lo que nos diga; por acá entonces; los Lilomontes, los Darahat, y la adorable criatura, los siguieron; ustedes esperen aquí afuera,
desde ahí, podrán verlo todo; confíen en mí, les dijo; además ustedes son mi única esperanza, quizá
logren llevarme a mi planeta; de inmediato
los sentó dentro de una enorme esfera de cristal y de igual modo, él se introdujo allí; la
Darahat, gritó asustada
y la pequeña, busca un lugar
alto, para mirarlo todo, la Lilomontez; las tranquiliza; estaremos bien, ya lo verán.
Entonces el hombre les colocó
unos cascos hechos de un cristal muy
transparente, del cual surgieron, una
especie de plaquetas muy suaves,
y a continuación se colocó
también un casco , de una contextura igual , pero muy firme ;
del cual brotaron como unos
brazos que se acercaron, hasta
las frentes de ellos y entonces una
energía de colores, marcada con un azul
celeste, brotó de este,
hacia sus cabezas ; no dolía
nada, pero en la medida, que las moléculas
de información, llegaba a ellos, sentían a sus cuerpos vibrar intenso, vieron todo
lo acontecido y conocieron
más, acerca de esta raza civilizada y muy avanzada y
la forma o manera
de regresar al planeta, de la séptima galaxia; que antes había estado en la quinta
esfera, de las galaxias superiores; y
las diferencias entre ser un viajero espacial y un extraterrestre. Unos
minutos antes de terminar, el
hombre movió sus manos y dio la orden a todos los Lilomontez y a las
Simonías; se abrieron las puertas automáticamente y todo allí,
se llenó de esa energía de
colores, blanco azul, que llegó a ellos también. Todos vibraron al unisonó. Aunque claro, la información más valiosa se la llevaron los muchachos.
Luego. Después de eso, tuvieron
que ayudar al hombre a sentarse en un sillón cósmico, hecho de plaquetas de
materia sensorial. ¡Vamos! No hay tiempo
que perder. ¿Ustedes entendieron que
solo les di la información técnica y de ingeniería física? ¿La manera de poder
buscar y llegar a mi planeta y
las bases del conocimiento?
Más ahora, ustedes tienen que estudiar arduamente así; como lo hizo nuestra raza; somos humanos evolucionados. ¡Eso es lo que
somos! ¡Si claro que sí! Pónganse los cinturones; el hombre apenas si podía hablar; y ya ellos lo habían colocado , desplazando mediante un mecanismo, la camilla para que quedara al frente,
también de la pantalla y con una especie de botón grande en la mano;
de inmediato se colocaron unos cinturones plateados y de un metal, lo más de extraño; pero flexible, con varios botones pequeños
y brillantes , que hacían el
papel de Suiche de encendido o apagado según fuera el caso; se sentaron frente
a una pantalla y vieron que ya todo
estaba, monitoreado hay afuera; así
supieron como el hombre los
detecto; aquí mira, bajaremos al pie de la zona 48 y tu iras por tus padres; mientras yo
hablaré con el arengador.
Y luego en esa misma zona, nos
encontramos; de surgir algún imprevisto,
cada uno regresara solo y por su cuenta, podemos traer
el peso, de hasta diez personas.
Luego del encendido de la
pantalla, que era mediana, se
situaron dentro de un punto azul, y
también de cristal; la adorable criatura se retiró a mirar
a su ama; sabía que ella, no la
llevaría, no la expondría y esta se
devolvió a abrazarla mucho, la pequeña en cambio, la siguió con la cola parada;
pero ella le dijo; quédate aquí y cuiden
la nave y al hombre; estén pendientes y espérennos, pronto volveremos; la
pequeña hizo ¡haaaaa! Con un sonido agudo.
De inmediato el cristal se cerró; y estos bajaron en un santiamén.
Alo lejos se escuchó una gritería
terrible ; los Eskolnors
estaban
repeliendo a unos hombres; aún no disparaban ; porque sabían que
quizá, una chispa aceleraría la
explosión del votan; perdón del volcán; pero este expulsaba humo gris y chispas
de fuego, dada su cercanía, aunque no mucho, con las calderas o placas tectónicas de la tierra; el terrible Moesmit; ya había dado la orden de salir
y de tomar los hombres
que quedaban para esclavizarlos ;
y a los que se rebelaran matarlos ; la mayor parte del oro y demás,
ya estaban en sus naves arriba en
la superficie. Esto ya había sido previamente planeado. Luna nueva buscó con la mirada y vio, ella vio al hombre de
las vestiduras satinadas; gritando
con muchos hombres; y ya estaban cerca de la entrada; y algunas Lilas
revoloteaban por ahí; ya no eran Lilas
voladoras, sino Lilas tormentosas; atormentadas,
llenas de miedo era que
estaban. De inmediato
la niña, la Luna nueva,
se acercó al hombre de vestido satinado, que gritaba con furia ; tuvo que revolotear
varias veces, cerca de su cara ; hasta
que este se dignó mirarla; mira, no hay
tiempo que perder , el volcán va a
explotar y nada consigues, llevando estos hombres a una horrible muerte.
Los Eskolnors, tienen armas muy poderosas, y lo sabes,
como para derrotarlos. ¡Ven para
acá muchachita! ¿Y cómo está mi hermano? Pronto morirá;
pues lo siento mucho en verdad; pero
yo prefiero morir enfebrecido en
m i lucha; antes que caer de rodillas,
ante estos monstruos espaciales;
incluso, antes que morir de
viejo; también moriré pronto; si no me matan estos ¿Pero y ellos? Los van a asesinar
de todos modos; van a morir; porque el volcán ya está expulsando fuego ;
con mayor razón, dijo él;
avísales a todos, no, no lo haré
; antes muerto que morir indignamente, aún
puedes salvar te, te transportaremos a la nave, yo también puedo hacerlo
solo, si quisiera; mejor vete pronto; si quieres salvar Lilas; aunque ya se te
adelantaron , mira y señaló arriba; ¡Wooo!
Son naves en forma de cigarros y las estas absorbiendo; ante la
imposibilidad de transar con el hombre ella se apresuró; pero en esos momentos
un transbordador espacial,
bajo, acercándose a los hombres; ¡Ay!
Son nuestros hermanos cósmicos; nuestra raza; gritó el hombre, al instante, al sonido de su voz, tan conocida para los arengados; estos se
detuvieron y voltearon a mirar ¡Vengan! ¡Vengan pronto! El volcán va a explotar; entonces los Eskolnors; apuntaron sus armas; pero en
lo sorpresivo de la situación, algunos de
ellos, se enfrentaron cuerpo a
cuerpo con estos y entre varios terminaron quitándoles las armas por el furor; otros
se devolvieron y fueron llevados a la nave madre, que estaba arriba y ya, Moesmit; el cobarde había huido ¡Se fue nos ha abandonado! Alertó
un Eskolnors; entonces fueron
presa fácil de los hombres; el de vestido satinado, que antes arengaba por una revuelta, conmovido, por la llegada de sus hermanos planetarios; gritó. ¡Alto! No los maten déjenlos ahí. Pero a muchos, no les importó y los asesinaron vilmente
entre varios; metiéndose a la ciudad;
mientras eso sucedía, la Luna
nueva, se había ido en busca de Lilas,
pero ya no las encontró, fue a su
hábitat, su abuela, también había muerto y ella, era la última de los Lilomontes;
recogió algunas cosas; cuando vio a una Simonías temblorosa y asustada; ven le dijo; pero esta huyó , así
que decidió buscarla; volviéndola a ver, pero cuando trató de cogerla de nuevo,
se le volvió a escapar; a sabiendas de que perdía mucho tiempo, optó
por elevarse, pero cuando miró
abajo, la Simonías la
seguía, ocultándose entre rocas y
algunas plantas, entonces, dio la vuelta y bajó precipitadamente, agarrándola; fue a la ciudad y prácticamente, muchas estructuras importantes estaban en ruinas,
los hombres que no quisieron escuchar la voz del hombre de
vestido satinado; y que estaban llenos
de furia y de rabia; la habían
destruido en el combate con los
Eskolnors; que ya habían
disparado algunas armas destruyendo muchas cosas. Llamó
al muchacho, lo buscó por todas
partes, no conocía la ciudad y pensó debe de haber
subido ya; no se preocupó por los hombres de afuera, dado que vio que el espacial; los exhortaba a subirse a las naves, Y que
pronto fueron más; junto con algunas
mujeres y hasta niños. Pero el mundo
subterráneo, la tierra era demasiado
grande y de seguro, toda ella
estaba poblada. Eso era lo más probable;
imposible buscarlos a todos,
sabía que en otros lugares, sobrevivirán a esta situación. Buscó más Lilomontes y Simonías y por más que miró, no vio más; exceptuando uno, que estaba echado, resignado a su
suerte, era bastante desconfiando y salvaje y tuvo que agarrarlo de la parte de atrás de la cabeza;
para poder alzarlo, luego se dio cuenta,
que solo tenía miedo el pobre. De modo
que se decidió buscar al muchacho, que
para este momento llamaremos rodadnufpatriot; pero no lo vio; entonces decidió
oprimir un botón de su cinturón y al segundo,
ya estaba en la nave ¿Y
Rodadnufpatriot? No ha llegado; pensé
que estaba contigo; no; ¡Por Dios! Voy a buscarlo y de inmediato bajo;
no sin antes dejar a las dos Simonias en manos del hombre; que de inmediato las
acarició; abajo la mayoría, habían sido transportados, exceptuando los que estaban, aún enceguecidos y las naves, ya no podían
estar más ahí; la lucha era a
muerte. Alzándose por entre cabezas y lo más alto que pudiera gritaba,
llamando al muchacho, bajo y vio
el edificio de la clase aristocrática, que apenas si podía sostenerse en pie; en tanto el volcán ya botaba lava; entró por una ventana a tiempo, para ver al joven Lémur, con un Eskolnor alto; solo logró escuchar
y ver las últimas palabras y escena; Muchacho ¿Tu? Si y donde estabas;
es una larga historia; ¿Mis padres en
dónde están? El Eskolnor, bajo la
cabeza; lo siento mucho hijo, todos están muertos; no debí haberlos
dejado; no es tu culpa; cierto, ellos
te buscaron, pero de alguna manera,
se enteraron de la verdad y
reclamaron al tirano Mohesmit y los Eskolnor
los asesinaron; ven, te los mostraré
¿Dónde están? En la sala central; en
eso, algunos Eskolnor de manera exabructa, irrumpieron; tenemos aquí un aristócrata y de inmediato, alzaron las
armas, que ya traían en las
manos; estas también eran graduables, ya iban a lanzarlas contra
el muchacho, pero el Eskolnor amigo, lanzó su rayo; interponiéndose entre ellos y el joven; no obstante del lado opuesto también lanzaron; entonces
el Eskolnor amigo
quedó herido, los otros dos
murieron. ¡Vamos te llevaré
a la nave! No muchacho, no hay
caso, estas armas queman todo por dentro consumiéndolo ¡Vete!
¡Vete por favor! ¡Sálvate
tú! Al decir esto el Eskolnor entregó algo al joven; lo guardé para ti; y
murió casi en los brazos de este; entonces La Liliputiense entró ¡Ya
lo oíste vamos! No. Tengo
que ver a mis padres ¡Vete! Voy
a la sala central; pero hasta allá, ella lo siguió; entonces vieron el macabro
asesinato, todos estaban por el suelo y sus padres también, juntos agarrados de una mano
; lloró y lloró; ella lo espero en silencio, aunque no dejaba de mirar hacia afuera; el volcán expulsaba lava, cada vez más de prisa; movió el botón encendiéndolo y agarrando al Lémuriano, pero no le
respondió ¿Qué pasa? También este oprimió el
suyo y no respondió; entonces
ella, lo agarró de los brazos, justo cuando
un rio de lava, llegaba
hasta donde ellos; no obstante el
Lemuriano pesaba bastante, comparado con el peso de la pequeña
Liliputiense, aunque hizo
todo lo posible por alzarlo; hasta que este se le resbaló
y justo cuando iba a caer a un
metro casi , de la lava; el cinturón lo elevo y ambos fueron
transportados.
Una vez dentro de la nave; el hombre de la camilla
sensorial; les dijo ¡Miren! Una de
las naves de nuestros hermanos cósmicos; hace rato
que está emitiendo señales de apagado y de encendido; ellos nos van a
guiar a nuestro planeta; tenemos que seguirlos;
dijo la muchacha y de inmediato ambos se sentaron al frente del monitor y la cara del otro espacial apareció; tenemos
que irnos, deberán hacer lo que nosotros
les indiquemos, estos miraron al de la
camilla y este asintió con la
cabeza; entonces lentamente la nave
comenzó a surgir de entre las
rocas en donde se hallaba oculta, Rodadnufpatriot tomó uno de los tableros y de repente dijo ¡Wooo! Miren es esa nave, en forma alargada, en forma de cigarro, según lo vi, en el libro sagrado, que por cierto, aquí lo llevo; el único Eskolnors amigo, me lo tenía guardado; que nave tan poderosa; avanza más rápido de lo imaginado; así es, ya se desapareció en un santiamén; aquí se la ve; es un punto cada vez más lejano; esos, están viniendo, desde el origen mismo de nuestra galaxia, respondió el hombre, al otro lado del monitor; es decir desde la otra nave amiga ¿Hacia dónde nos dirigimos? Vamos a la nave madre y marchamos, hacia la quinta dimensión; deberemos hacer ese paso, llevando en ondas elípticas al planeta tierra, de modo que pueda reintegrase a un eje primordial, donde quede sujeto por partículas inseparables del eje de Andrómeda, que ya está fusionada, con la vía láctea, en el tiempo y en el espacio distinto a esta hora, esta fecha, este día. Y así la alejaremos de esa estrella devoradora. Gradúa la nave de la siguiente manera; debes hacer que gire en forma circular; pon en el tablero, un circulo dentro de otro circulo; pero que formen una esfera elíptica & un triángulo% más un numero de kilometraje espacial indefinido; podría ser un millón por tiempo y espacio condicionado a la materia oscura & masa= peso = curvatura de la luz, gravedad por encima de cero. Uno. Velocidad de la luz media, alta. Temperatura acondicionada al cambio espacial, variable, base promedio cinco. Es la manera, en que nuestra tecnología nos permite hacerlo y según el movimiento de las esferas planetarias; que como verán, giran en perfecta armonía y que al parecer están hechas, entre muchas cosas, de unas partículas, que las hace girar de forma inseparable; sin llegar a juntarse; manteniendo las distancias, es como si fueran un cuerpo, llevado por un cerebro perfecto. Llevando siempre una misma dirección, y de forma espiral; esta máquina es ligera y se adapta muy bien a esos movimientos; iremos por el lado de los polos; miren allá ¿Están viendo? Iremos al norte; de donde estamos situados; es el norte; lo vemos allá al frente; se elevaron con la rapidez de un rayo de luz y siguiendo la curvatura de esta; iremos, según el paso de la luz; no en la dirección contraria de esta, como lo han hechos, los de la nave cónica; los ojos de todos, incluida la del hombre que estaba en la camilla sensorial; brillaban, la pequeña Simonías, con la cola parada, mostrando su rabo, se restregaba a los pies de la Luna nueva; como diciéndole lo orgullosa que estaba de ella y a su vez , haciendo una especie de intercambio de vibraciones y luego buscó un lugar alto; no quería perderse de nada; y a medida que avanzaban; sus bocas estaban abiertas, como un agujero negro; llenas de asombro, de sorpresa; no podían parar de mirar tanto prodigio; la Simonías-Darahat; la adorable criatura; cuyo silencio es ahora notorio, estaba al pie de su ama, acurrucada, ronroneando y contenta ¡Feliz! ¡Total! Su ama era todo lo que quería, lo demás no importaba. No obstante, la aventura apenas comenzaba. Sentían todos un loco palpitar dentro de sus corazones, un susto terrible, los agobiaba, al mismo tiempo que emociones nuevas y extrañas se apoderaban de sus cuerpos y almas; algunas Simonías; no sabían dónde esconderse; sobre todo, las dos últimas. Miraban, maullaban, se escondían, sacaban la cabeza; en fin, que el susto era tremendo, pero poco a poco, sus cerebros se fueron acondicionando a un nuevo estar y ser. La niña dijo; que bella es la tierra ¡Mírenla! ¿Morirán sus habitantes? No lo creo, dijo el hombre de la camilla, hecha de partículas sensoriales; nuestros hermanos cósmicos, han realizado una tecnología, capaz de alejar a la estrella; han logrado graduar el átomo, y todos sus componentes; las partículas y algunos elementos de la energía nuclear, de un modo inteligente; sin dañar nada, ni a nadie; utilizan incluso la misma energía radiactiva de la estrella, para desviarla; ellos hablaban y se entendían ahora, con la mente; y la han estado liberando; tal como te lo dijo mi hermano planetario; de tal modo, que la tierra ahora va quedando libre y haremos que llegue a la quinta dimensión ¿Pero cómo? Ellos han generado una serie de explosiones en torno a la estrella; sin afectar al planeta. Lo están haciendo entrar a la quinta dimensión; ya te lo dije; nosotros vamos para la misma galaxia, llamada la vía láctea; dentro de la cual estamos; pero en otra dimensión ¿Qué? Si. Sabemos cómo entrar, siguiendo la velocidad de la luz y curvándonos, como ella, a su vez, rompiendo barreras, mediante partículas acumuladas dentro y fuera del sonido de la luz; que han sido atrapadas, y colocadas dentro de un expulsor, de hondas magnéticas y caloríficas, así lograremos entrar a un lugar, una galaxia donde existen o hay un conjunto de estrellas y de planetas hermosos; sabiamente distribuidos, de igual forma como lo estaban en la antigua vía láctea, en donde la tierra y planetas aledaños, giraban en torno a su sol, de una manera realmente coordinada ¡Miren! Allá esta la nave madre, iremos a hablar con el anciano estelar más avezado en años y en conocimiento, su nombre es C-3 O- N- 0- C- E -O-D- Un nombre difícil y raro; pensaron ambos; así es, pronto lo conocerán. ¿Está el ahí? Si. Y está especialmente interesado, en guiar a la tierra a una nueva dimensión del ser y del hacer. Las compuertas de la nave madre se abrieron; y todos entraron, incluso transportaron al anciano de la camilla sensorial adentro de la extraña nave; que también era alargada y que parecía sacada de un mundo, definitivamente raro, por dentro era fría ; no obstante había unas zonas cálidas y secas; entre ellos hablaron mucho rato, con el pensamiento; y en esos momentos, los muchachos y sus nuevos amigos que eran bastantes, exploran las zonas, que les fueron permitidas; muchas compuertas se cerraron, para ellos; dado que eran zonas bastante radiactivas, algunas parecían flotar en un vacío. Sin embargo, antes de entrar, tuvieron que pasar por una cabina en forma triangular, de cuya parte superior, salió una nube en forma de un gas blanco; que los irradió, desinfectándolos. No obstante, un sonido de alarma, llegó a la mente de Luna nueva y de nuestro antiguo Lemuriano; que acudieron asustados; pronto un hombre estelar, pero diferente a los otros; que ya conocían, dado que la cabeza era un poco más pequeña, digamos, que una cabeza humana normal; pero con mucho brillo de inteligencia en la mirada; su boca pequeña; y su tez, daba tonalidades diferentes; los guío a un especie de sala; en donde todo
parecía flotar serenamente y en forma
esférica, aunque había toda una geometría básica, dibujada en todas las figuras, formas, modos o maneras; que no obstante, al observar
con más atención; se iba haciendo
más difícil de comprender, en la medida
que se la miraba; signos aritméticos y
matemáticos muy avanzados, estaban trazados
en su interior ¡Siéntense!
Ordenó el anciano con amabilidad
y dulzura; estaba de espaldas, se dieron segundos de silencio, que parecieron mucho; pero la silla
u objeto que lo sostenía, giró de forma lenta y suave y pronto quedaron de frente; el anciano los
contempló un ratito; solo que a ellos les pareció demasiado; tanto que se pusieron nerviosos; entonces, con
la mente les dijo; mis queridos
hijos, mis hermanos menores, no tengan miedo; acérquense a mí; sin dudarlo avanzaron a este; dada,
las vibraciones que se sentían;
los abrazo largo, haciéndolos sentir muy bien y muy amados y luego,
movió los dedos, extendiéndolos
y dos extraños objetos, casi
ingrávidos, se acercaron a ellos.
Entendieron de que se trataba y se sentaron; se sentía cómodo; sintiendo
su inquietud, les dijo; tengo 300 años luz; que en el tiempo de
la antigua tierra, no existe; mis otros hermanos de especie avanzada; han
vivido menos que yo, dado, que he
desarrollado más que ellos, los límites
de mi espíritu, cerebro y mente;
explorando zonas muy subterráneas
en mí; pero mi cerebro y ser, están
por completo al servicio de Dios
y de la vida y no sé, hasta cuando
pueda o quiera vivir, o mi
omnipotente creador me quiera. He estudiado varias áreas, de la ciencia y actualmente enseño a los
míos. Sé que ya están enterados de que en el pasado; hizo una pausa; ustedes
ahora están en algún lugar del futuro
cercano y a fin a los terrícolas. Un enorme planeta… ¿Qué tan grande? La mitad
más grande casi, del peso y masa de la
tierra, entró en la vía láctea, causando
conmoción y desestabilizándolo todo; la
tierra y su satélite volaron a una
oscuridad tenaz. La luna tornase
roja, debido a esa terrible
explosión, que fue causa de la desintegración del planeta, allá en el
espacio, en esas oscuridades sin fin, la
tierra ha sido empujada, por un cuerpo
a ocupar un espacio diferente, al que habitualmente transitaba; en sus
movimientos de translación y de rotación; hacia un lugar peligroso, ocupado por otros planetas
y va entrando en un abismo espacial , y sé hunde lejos de
su órbita y eso es lo que hace, que la tierra y por ende sus habitantes, en su
mayoría mueran, ese fue el fin del
mundo, el fuego prendió todo, la tierra se hundió, es decir no solo el planeta, como tal , en el abismo espacial,
sino la tierra adentro, que por los movimientos bruscos, se deshace,
se hunde o se vacía, destruyendo la
vida; o sea se desintegra . Los mares causaron marejadas impresionantes;
de eso, ni hablar. Fue terrible. Si ese enorme y maligno planeta, no hubiera
entrado en la órbita terrestre; igual
los moradores de la tierra, no tenían en esos momentos un futuro ¿Porque? Buena pregunta;
son tantísimas cosas, por ejemplo, las
grandes potencias y los gobiernos y sus malas decisiones, tiranías, la
explotación del hombre por el hombre, la crueldad en sus corazones, el cambio climático, la degradación medio
ambiental y humana, la pandemias, los virus y enfermedades; algunas como consecuencia, de los malos
experimentos científicos , sin ética, ni moral
y solo al servicio, de algunas
crueles y despiadadas mentes o cabezas,
que estaban al frente de
esas potencias. Cerebros, que se
consideraban así mismo Dios, sin
serlo. Eso por un lado y del otro, la
inteligencia artificial, algunos avanzaron tanto en el tiempo y en el espacio, que solo querían dominar; todo eso, fue causa
de hambrunas y mucho más, pero no todos padecieron; o si lo
hicieron fue, para la gloria de aquel,
que los creo; entonces Él, se llevó a los suyos ¿Cómo es el secreto de su
creación? Uuko, nadie lo sabe; nadie sabe eso, ni podrá, exceptuando, los que se hicieron merecedores de reinar
con el hijo; pero su grandeza es tan maravillosa y omnipotente , omnipresente ; que entre más
estudio, el origen del universo, más me
sorprende; está en todo, incluso, en lo que algunos, llaman la evolución;
tanto en lo pequeño, como en lo grande, hasta en la expansión del
universo ¡Bástenos! Por ejemplo, mirar el movimiento de las esferas, unidas a una sola galaxia y a su
vez estas interactuando; la
individualidad o particularidad, de
todos los cuerpos; la cantidad de
tiempo espacio, en cada uno de ellos; cosas innumerables e innombrables; por ejemplo, su
creación por medio de la geometría básica, hasta las distintas formas de esta,
sus formas en espiral y la coordinación de sus
movimientos, en todo lo creado
y el universo; y ni
que decir, de la manera,
en cómo lleva
a la historia humana, que es lineal, al sucederse,
al realizarse en la vida
particular y general de sus criaturas. Él enseña
y muestra en el tiempo de su hacer. En su ser y hacer;
ha superado toda barrera de imperfección ; solo Él y solo él,
pudo alcanzar los estadios de la esfera, el circulo geométrico perfecto, él es la esfera perfecta
y los ciclos no repetitivos de las cosas,
sobrepasando su eternidad
misma. Y así, de ese modo, permanecerá eternamente. El creo su propio
espíritu, él es el triángulo
perfecto, de su esfera perpetua, su ser
y su hacer mismo, está compuesto por Él , que es el padre hacedor, creador, por el hijo redentor y por el
espíritu santo; juntos en el cuadrado perfecto, indisoluble,
inamovible, pero distintos en su
individualidad, únicos en su estructura
; es Él, la estrella más
resplandeciente de todo el universo, es
junto con su pueblo; la estrella de la
mañana, que relumbra total y absoluta.
Es el nuevo génesis, gestador de mundos y de cosas. ¿Les inquieta
eso? Se los diré; es realmente una bendición, que seres como nosotros
estuviéramos aquí en el universo; los
alienígenas podrían venir de
diferentes lugares, años luz, hasta incluso de nuestra propia galaxia u otras
cercanas; no obstante, así como en la tierra,
habían y los hay en cada tierra
primitiva; seres que se levantan queriendo ser Dios; así mismo en el infinito espacio, pueden
haber alienígenas dominantes y expansionistas, crueles, como el terrible
Moesmit y sus demonios, que aún no han mostrado su cara y que ya tiene esclavos
dominados y maltratados al máximo; así mismo,
deben haber otras razas en el espacio,
y acerca de la nave en forma de cigarro, creo que han estado viniendo
hace mucho, incluso puede ser, que tenían bases en la tierra; no todas las naves son iguales;
las hay esféricas también. Algunas triangulares; pero si los de esa nave,
fueran malos, creo que ya hace
bastante hubieran exterminado a los humanos; no obstante, no hay que confiar, creemos
que podrían existir razas
de científicos, también
fríos y calculadores, sin ética. Como
quiera que sea; los humanos, solo deberían poner su mirada en Dios. Yo por ejemplo estoy maravillado, asombrado
de ver las estructuras tan imponentes de su grandeza. En esos momentos otro hombre, entro,
y le dijo venerable anciano ya es hora;
entonces dentro de la
misma habitación, abríose otra compuerta
y fueron trasladados; parecía ser la cabina principal, de donde se veía todo afuera; pero estaba cubierta por varias capas
finísimas, allí estaban todos los
Lilomontez y los Simonías acomodados e inquietos, por la ausencia de los dos jóvenes. La Simonías Darahat, se
apresuró a acomodarse junto de su ama y
la pequeña lo observaba todo, con
sus grandes ojos, bien abiertos, y absortos, desde un lugar alto y no
era, que la consentida, no mirase; lo hacía, claro que sí; con sus enormes ojos azules, solo que, desde el regazo de la antigua Liliputiense;
los dos voltearon a verlos a todos; encontrándose, sus miradas, expresando en
estas, la franqueza de un amor
incondicional. Pronto vieron salir varias naves, casi en forma de
sombrero; de la parte trasera de
la nave madre y deslizándose
por ambos costados, que maniobraban con rapidez, dirigiéndose hacia una
estrella, que se veía muy potente, a su alrededor, una especie de nube calorífica, irradiaba destellos rojizos, naranja, amarillo, azafranado y con hilillos azules.
Eran las mismas, que los habían trasladado a esa nave madre y vieron la imponencia una
vez más, del universo, la belleza
de la
tierra; entonces las naves, que se movían en forma elíptica, unas veces y otras alargadas, formando como
estelas verticales y horizontales;
expulsaron al mismo tiempo; tal como si estuvieran fumigando, enormes cantidades de algo, que parecía un gas ¿Qué expulsan es un gas? Para nada, es
materia comprimida y sónica, contenida
en propulsores muy fríos, pero a la vez
graduados a una temperatura media y alta, que al mezclarse con las hondas
radiactivas y gravitacionales de la
estrella producen varias explosiones, en
varias escalas, al mismo tiempo, que la hacen
retirarse, de la cercanía con la
tierra y otras naves, giraban alrededor
de la tierra. De repente, todo pareció
quedarse en silencio, no se escuchaba
nada y temieron los muchachos por sus vidas; el anciano dijo, aléjense con rapidez y ordenó regresen,
es hora; deslizando sus dedos, señaló a unos hombres que llevaban trajes, que parecían
espaciales y cascos, que subieran
una mano de la palanca opuesta al
tablero, para que la deslizaran hacia
arriba; en dirección contraria; de
pronto todo volvió a la normalidad
y las naves pudieron regresar ¡Uff! ¿Que fue eso? Eso era,
la zona del silencio; un vacío
infinitesimal, que por poco, nos atrapa,
es aterrador, quien cae
allí, no regresa jamás o quien sabe
a qué años luz, queda atrapado. ¡Muy bien! Dijo el anciano, apretando unos botones de color infrarrojo; el tablero
estaba más o menos, con estas figuras
dibujadas, arriba un triángulo bien definido y en la parte
baja, un circulo, más una estrella o un sol muy brillante y
luego un cuadrado. El número cinco y el
número siete; destino medio, la quinta
dimensión; destino final, la séptima dimensión. El joven miró a la Luna nueva; apretó, su mano y le sonrió; gracias amiga, por salvarme la vida. El anciano sonrió; el
hombre de la camilla sensorial,
lanzó una mirada de gratitud
al anciano; su hermano estaba junto a él. El anciano miró a la niña; que ya no lo era tanto; has
estado, entre las fases del tiempo medio, entre la luz y la oscuridad y pronto dejaras de ser el reflejo de la Luna y
tú, dirigió la mirada al muchacho; serás en el tiempo y
en el espacio correspondiente; el anciano que soy. Sé que irán a combatir al terrible Mohesmit,
con el conocimiento debido. De esa
forma, ustedes se han convertido a una nueva humanidad.
Fase final
La nave madre
se deslizó, pasando por entre estelas de
mundos y penetraron como en una especie de telaraña, que rodeaba a lo que parecían unos planetas; disminuyendo velocidad; dado
que todo comenzó a sentirse más
lento.
Las señales que se ven en el cielo, son siete
lunas doradas, espectaculares. ¡Por
Dios! Gritaron los muchachos; La Luna nueva,
se puso de pie, expectante; miró al hombre de la camilla y le dijo ¿Es
este tu mundo? El hombre,
asintió con la cabeza, y le sonrió
de modo, que en sus facciones, se dibujaron
montoncitos de líneas de la felicidad y al instante, ceso
su respiración; sus ojos permanecieron abiertos, como presas del asombro. Se ha dormido; dijo su hermano, y cerró
los párpados del hombre; de ese modo,
entraron en la séptima dimensión
del conocimiento y del pensamiento.
¡Qué Maravilla
gritó la Daraht! ¡Imaiiaaauuu!; gritó la pequeña.
De Fin
©Beatriz Elena Morales Estrada. Reseñada y registrada.
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