El diario
de Alexa
Renuncia
Un día
cualquiera
No
podré jamás enderezar está
justicia que vende su balanza; ni tendré
entre mis brazos un hijo, ni
escribiré un libro, ni llegare a sembrar un árbol. Seré una gota de agua en el
desierto, una molécula más en el polvo
de la humanidad; que los siglos arrastraran
como la cola de un cometa.
¿Quién
invento el tiempo y el amor,
y de donde nace el pensamiento?
¿Cuál es la
raíz de la vida y dónde es que palpita
el alma?
Quisiera acelerar la marcha del tiempo, cual si fuera
en mis manos un pequeño reloj, hacer que el sol se anticipe, recorrer de prisa
el infinito y llegar pronto a la sombra,
para que ya todo hubiera concluido.
De repente
me invade un deseo de renunciar a todo, quisiera reclinarme en el regazo de mi
madre y llorar allí suavemente, como cuando pequeña, dejar que mis lágrimas mojen su falda oscura y sentir sus manos tiernas sobre mi cabeza.
De M.L. M.E.
BEME
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