La mamá
Parte 2
Alefiol
Y esa casa el Orbtab, situada al borde
de la carretera; era una parada segura para camioneros y toda clase de
turistas, de dentro y fuera del país. Mis dos hermanas estaban pequeñas, pero
se acuerdan de cosas y en ese entonces Alefiol de cinco añitos, recuerda que el
papá Oyacot y los hijos hombres vivían agarrados, en puras peleas, a los puños,
por Ruth y otras; dice que Mamá se daba cuenta de todo y que un día, ella se
cortó el cabello y en la noche cuando dormía; Oyacot le prendió fuego, la quemó
con algo, con una candela o con un cigarrillo, la cara, la nuca, el cuello, el
pelo, lleno de rabia, porque se lo cortó. Ella sufría mucho, la Mamá porque se
daba cuenta de todas las infidelidades de su esposo.
Los hijos de Oyacot eran adolescentes,
por ejemplo Pairo, tenía trece años y también se las dormía. Elefiol una vez se
fue para el baño y allá en la pieza estaba Oyacot con una de las trabajadoras,
con Ruth y estaban en pleno sube y baja y había un niñito sentado en un mueble,
viéndolos, era el hijo de Ruth.
Y otro día Elefiol, estando Oyacot en el
corredor, ahí mismo, cerquita, ella había salido, toda chiquita y se paró junto
a un camión y debajo, había un hombre con herramientas, arreglando el carro y
la cogió y le dijo ¡Chis! No grite, porque si grita, mato a su papá y a su mamá
y dice que le metió los dedos por allá, durotote y que la pobre salió llorando
y el papá le preguntó ¿Que le paso? Y
ella dijo nada; muerta de miedo. Dice que el tipo era amigo de Oyatob. Otro día
iba el Papá, para el campo con otro poco de hombres y siempre llevaba a
Alefiol, pero ese día le dijo; quédese aquí, porque hoy no la voy a llevar y
ella se puso a llorar y se fue detrás y la Mamá le dijo; no se vaya mija, no
sea desobediente y siempre se fue detrás a toda carrera y cuando iba a poner el
pie en un hueco, había una serpiente grandota, enroscada y con la cabeza afuera
y la niñita se devolvió para la casa muerta de miedo.
Luego Oyacot se consiguió una muchacha, que tenía apenas diecisiete años, la conquistó, él era hombre prestante y con plata; de unos treinta años, más o menos. Ella estaba jovencita, era la Raivele y se la llevó a vivir con él, dejando a la Mamá.
Beatriz Elena Morales Estrada© Copyright
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