jueves, 15 de octubre de 2020

Cosas extrañas




                                                Cosas extrañas


Y sucedió que corriendo el año 2014  venia  caminado,  cuando de repente  vi bajar  por la calle  a una señora que me sonrió  al pasar al lado mío; fue un saludo al que correspondí. Era una señora extraña, y nunca la había visto, pero soy de  buena retentiva, así que subiendo más arriba,  venia de nuevo la misma señora, la misma ropa, la misma prisa  al andar; pude verla de frente y  pude repararla   muy bien, antes de que pasara a mi lado de nuevo.  Esta vez solo miró  y siguió rápido. Pasó el tiempo y ese tal hecho quedó   olvidado en el regazo de mi memoria.

Pero otro día cualquiera,  ya casi rayando el medio día, yo venía del parque  y me detuve para pasar la calle y  a todo el frente  vi a una persona  muy conocida  del barrio, pero nunca nos hemos saludado, tuve la oportunidad de verla de cuerpo entero, vestía unos eslas  o pantalones negros de mujer,  una blusita blanca de cuello  y sus  zapatos  eran unos mocasines de color negro.  La conocía solo de vista y  cuando cambió   el semáforo pase por su lado y seguí subiendo,  y ya llegando casi a la casa en donde sé que vive  esta mujer;  yo tenía que pasar por allí  de todos modos, volví  a verla  saliendo a solo unos pasos de su casa y  no habían  trascurrido ni  siquiera diez minutos; a paso largo se llega rápido, no había forma de que ella se devolviera;  igual sé,  que iba a trabajar a su negocio de  artesanías y lo curioso  es que estaba vestida igual, el mismo peinado, las mismas ropas,  una mona alta, delgada, solo sus zapatos  eran  de diferente color,  mocasines ; pero esta vez,  eran de un color claro. Lo recuerdo muy bien. ¿Cómo raro no?

                                                           Hoy

Esta mañana me levanté  apresurada a sacar la bolsa de la basura que ya venía encima pitando durísimo,  logré sacarla apenas a  tiempo para entregársela en las manos a uno de los recogedores,  porque ya el carro había avanzado demasiado. Después de eso,   fui al lavamanos me lavé, me dirigí a mi cocinita,  entonces al llegar al frente de mi nevera,  detrás de ella,  hay un muro,  obvio y enseguida una puerta de reja,  que a veces me cierran. En ese momento,  vi a uno de mis perros que bajaba apresuradamente,  pero lo vi,  fue por entre las paredes;   buscando entrar,  pero se devolvió al encontrar la puerta cerrada.  ¿Pensé  en qué momento este perro,  pudo salir de su cama,  si esta puerta estaba cerrada? En fin,  tuvo que ser alguien que paso,  la dejo entreabierta. Entonces le quite el pasador,  lo llamé   por su nombre, tanto así que, fui detrás,  literalmente  detrás de  él, para que bajara de nuevo, pero al llegar a las escalas, en el descaso,  para subir al segundo  piso,  ya no estaba, volví a pensar,  debe  ser que se quedó en la terraza,  pero en una mañana tan fría  ¡Um!  Sé que estaba aún adormilada; pero aun así me  devolví, me dirigí a mi cuarto para tumbarme de nuevo   a dormir otro ratito más,  en ese momento vi a mi perro,  que  apenas salía  de su cama  y desentumeciéndose.

 En realidad m En realidad me sorprendí,  porque de inmediato,  me di cuenta que no se había movido fuera de su área, sorprendente,  pero ocurrió así. Le abrí los brazos para ofrecerle un abrazo, pero  con enfado me gruño, y  volvió a meterse en su cama.

Después de eso,  mucho más tarde,  me puse a pensar,  yo iba caminando,  lo vi,  pero lo vi,  de manera que pude ver a través de la pared. ¡UM!  

                                       

                          Beatriz Elena Morales Estrada @ Colprinth 

 

 

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